jueves, 6 de mayo de 2021

DORIS MELO



Doris Melo: Poeta de la soledad y el fuego

 
Por Efraim Castillo
 
1

En la poesía de Doris Melo yace una evocación, un anhelo, un presentimiento de hallazgo, en donde la ternura se arremolina entre el fuego de una pasión suspendida y la noción de saberse expuesta, aprisionada en el contexto de su propia realidad. Por eso (sí, por eso) su poética estremece y cala hondo.

Bajo la resaca de este mar cansado
de parir tantos desencuentros
renace en ti de nuevo
este amor como el ave fénix...
Para coserlo con hilo visionario.

(Como el Ave Fénix [2008])

2

En su poética, Doris Melo, con una espada de fuego en las manos, arremete contra los atosigadores de la lengua, contra los hacedores de mentiras, contra los falsos profetas que embadurnan de adjetivos sus escritos y fundan conciliábulos estériles para profananr el ejercicio histórico de la crítica.

Busco la palabra precisa
para traerte a mi luz...
palabras sin ojos, sin manos ni estrellas.
En un silencio ancestral te reinvento
y en ese mismo instante
en cópula musical te pienso
tibio y sereno.

(Las mujeres que habitan en mí [2012])

Doris Melo

3

Doris Melo es la poeta de la voz ontológica, esa voz en donde la soledad, la melancolía y la memoria se convierten en luz, rodeando las angustias y exaltándolas hacia los júbilos. Y desde esa apacible soledad que canta, la voz de Doris Melo se torna un rebaño de auroras y presentimientos recostados en el esplendor del amor. 

Aprendí de la vida que hay que ser decidida,
intuitiva y fuerte como una Walkiria.
Aprendí que para luchar en esta vida
debe uno  ser guerrera y apalabrada
para luchar por lo que uno quiere
con pasión desmedida, gallardía y entereza.
Pero sobre todo aprendí a desarrollar
la paciencia que se necesita,
cuando el destino así lo ha decidido...
También aprendí a ser perspicaz,
en saber aceptar lo que no puedo cambiar
pues eso solo lo sabe tu destino...

(Una mujer que ha domado todas sus fieras [2012])

4

La poesía de Doris Melo se filtra entre las metáforas y devora las circunstancias y continuos para dar en el blanco y derribarlo, como todo poema que a través del lenguaje subvierte el propio yo y se torna en sujeto de la historia. En su poética, el misterio se extiende hacia la nostalgia, respondiendo a lo total y destrozando máscaras e imposturas, porque posee la virtud de absorber y transformar la realidad en ficción (y viceversa) liberando la presencia protagónica del dolor, la pasión y los gozos.

En las alforjas vacías de la conciencia
reminiscencias de antiguos ritos paganos se ciernen
en el domicilio de una calle arropada por palabras
que giran  hacia la nada  tratando de humanizar la noche
al vórtice de sus juegos apasionados,
que como cántaros hastiados del delirio
esparcen en la noche esa  armónica cadencia.
Esta carne hecha de versos,
de palabras que pulen el tiempo
habitada de surcos,
en la brevedad  de agotados  atardeceres,
atisbando tibios lechos  de   sentidos placeres...

(Esta carne hecha de versos [2012])

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