Clandestinos
Por
Efraim Castillo
1
Voy señalando la sombra,
la impertinente sombra que nos oculta.
Voy señalando la lluvia, la obstinada lluvia que nos cubre.
2
Voy en puntillas hacia el hueco de la noche,
hacia la huidiza luz que escapa de mis ojos
y te veo agazapada, doblada en ti para asirme
y escudriñar los despojos del reclamo.
3
Te observo clandestina, disimulada,
expectante como el brillo sorprendido,
apetecida por mis ojos al contemplarte en la
guarida:
adormecida de silencio y deseo,
estrujada en el amparo de mi boca.
4
Somos así: clandestinos como el silencio,
ignorados por los azotes del viento,
arrinconados al anonimato de aquella estrella
que vislumbramos en el repunte de la aurora.
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